miércoles, 11 de enero de 2017

Que vivan los chinos!

- Otlaaaaaaa?

- Otra.

- Tú lleva todas. Tú monta tienda?

- Jajajajajaja, nooooooo! Es que somos muchos en casa y todos quieren una.

- Muchos cuánto? Casa glande tú?

Esta charla la tengo con la china de la tienda de los chinos de mi barrio. Es la tercera mantita de peluche que me llevo en menos de una semana.

La primera fue porque le había adelantado todos los reyes a mi hijo el mayor y cuando llegó el día me dio mucha cosilla de no tener nada tangible para él, así que a prisa y corriendo esa tarde me pasé por los chinos a ver qué veía y me encontré con la mantita. La toqué. Qué gustitooooooo, Dioooosssssss! 11 leuros. Perfecto, ya tengo regalo.

La segunda fue al día siguiente. Venía dándole vueltas a lo suavecita que era la manta, y a que todas las mías para el sofá estaban muy viejas y muy bastorras. Y que en todas se había meao el Manolo fijo. Qué coño, me voy a comprar yo también una, que pa eso está el dinero. Voy yo a pasar penalidades por 11 cochinos euros que vale la mantita!

La tercera ha sido hoy.

Viene mi hija a casa y me ve en el sofá tapada con la mantita.

- Y esa mantita? Ayyyyy mamaaaaaaá, qué gustositaaaaaaa!!!!!

- Pos es como la que le compré a tu hermano pa Reyes y me quedé con la gana yo de una y al final me decidí.

- Y dónde la has comprao? Cuánto cuesta?

- En los chinos. 11 euros.

- Ah, pos yo voy a ir a comprarme una. Qué gustoooooooo! Me dejas un cachito?

A ver, entendedme. No soy una loca de las compras, no es que me guste consumir por consumir por consumir, pero te dice tu hija que le gusta tu mantita y sabes que cuesta sólo 11 euros y que la chiquilla está más tiesa que una estaca, y no le vas a comprar la mantita?

Total, que ahí estaba yo otra vez en el mostrador de la china con mi tercera mantita de la semana.

Nos quedamos en que la china creía que yo iba a montar otra tienda y que estaba pelín incrédula sobre la cantidad de gente que vivía en mi casa y que necesitaba la misma mantita de peluche.

- A ver, chica,  los hijos!

- Tú cuántos hijos?

- Tres?

- Tú tles hijoooooooos????

- Pues sí, tres.

Esto para los chinos es todo un récord porque ya sabéis que están educados en la planificación familiar más estricta.

- Niños pequeños?

- No, qué va! Son grandes todos. Ya no vive ninguno conmigo.

- Cuantos años niños?

- Pues la mayor tiene 27 y el más pequeño 17.

- Nooooooo! Tú tenel niños de niña!!!!!!!

La china toda ojiplática. Sí, lo creáis o no, pueden poner los ojos redondos. Muuuuuy redondos.

- Pelo cómo tú tenel hijo tan mayole?

- Pos porque han crecido y son grandes.

- Pelo tú qué edal tenel?

- Yo 51.

- Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee? Chincuentaluno??????

Y me hace un gesto con la mano señalando los números. Los ojos superredondos, lo juro.

- Tú engañal a mí.

- Y por qué te iba yo a engañar a ti?

- Yo cleel que tú de mi edal.

La verdad es que yo no tengo ni idea de la edad que pueden tener los chinos. Es una etnia que me despista mucho cronológicamente. A la mayoría les echo entre los 25 y los 55 y no soy capaz de afinar más.

- Y tú qué edad tienes?

- Yo tlenta.

- Y tú creías que yo tenía treinta???????

- Tú tlenta como yo. No malido, no niños. No niños glandes.

- Jodeeeeeeeeer!!!!!!!

Esta exclamación es puramente admirativa. Porque para mis adentros me estoy diciendo:

- Joputas los chinos, qué pedazo de fieras del marketing!!!!! Qué manera de halagar, qué manera de comer la oreja, qué manera de vender!!!!!!!!

A todo esto la muchacha con los ojos cada vez más occidentalizados, se mete en la trastienda y llama a toda su parentela. Salen tres, creo que uno es el marido, otro el padre y otro el primo. De este último estoy segura porque ella siempre dice: plegunta mi plimo.

Les habla muy rápido en su lengua. Parece que les está preguntando, y sin duda es sobre mí porque me señala ostensiblemente. Algo me dice que les está planteando el tema de mi edad. Menos mal que no tengo ni papa de chino porque podría pegarme tremendo palazo después de este semiorgasmo que ella me acaba de provocar.

No puedo reproducir el diálogo entre ellos porque ya digo que no entiendo nada de mandarín, que creo que es la lengua que hablan. Pero observo que todos van redondeando sus ojos a la par que ella me señala y hace aspavientos como si yo fuera una especie en extinción y no pudieran perderse el fenómeno.

"Dioooooossss, son los reyes del marketing!" Pienso.

Por fin se pasa al español mandarín:

- Ellos no cleel tampoco tú esa edal.

- Ayyyyyyy, que voy a tener que venir todos los días a comprar una mantita!

- Tú complal más manta?  Pa más hijo nooooooo!!!!!!!!

- Jajajajajaja, no, pa más hijos no! Pa que me digas que te crees que tengo 30 años.

- Es que yo pensal tú como yo. Yo tlenta tu tlenta.

- Y lo contenta que yo me voy hoy de aquí??????  Qué alegría me has dao!

- Jajajajaja, yo también aleglía!

- Tú alegría por qué?

- Polque yo a chincuenta quielo como tú. Si tú así yo igual pienso.

Eaaaaaa, toma yaaaaaaa!  Desde mi maquinista favorito del tren de Rabanales que me dijo que pensaba que yo era una estudiante de veintitantos no entraba yo en un éxtasis semejante.

Y me he ido más feliz que una perdiz de los chinos.

Que, por cierto,  a estas alturas deben de estar frotándose las manos de pensar en la de mantitas que van a venderme de aquí al verano. Y luego chanclas. Y luego toallas. Y luego ventiladores. Y lo que caiga.

Y como tengo tres hijos y se ve que todo lo compro por triplicado...

Hijosdeputa, no saben na!

Pero a mí hoy me han dado la alegría del día. Y eso... tiene precio? Por 11 eurillos de na que me he gastao en la mantita!!!!!

Pos yastá! Eso, señores, es el marketing.

Comerciantes españoles, aprendan a regalar orejas, aprendan a vender, coñññññññño!!!!!

Jodeeeeer, pero es que casicasicasi no se notaba. Palabrita!!!!!!

1 comentario:

  1. Y después de leer esto habrá alguien que aún dude de que a los chinos se les den bien los negocios.

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